Enero 17 2011
2010: El inicio del cambio político en Euskal Herria
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El 2010 ha sido un año políticamente intenso en Euskal Herria, doce meses en los que se ha pasado del triste panorama definido por unas instituciones copadas por las fuerzas unionistas –tanto en la CAV como en Nafarroa y qué decir en Ipar Euskal Herria– a un escenario en el que el movimiento soberanista se muestra como el protagonista absoluto de un cambio político que promete traer al país la paz y la normalización política.
Es indudable que Eusko Alkartasuna ha jugado un papel central en este año año, un papel protagonista fruto de un trabajo intenso en el que la militancia ha sido motor y eje. 2010 comenzó con los ecos del trabajo realizado desde junio del año anterior, desde el Congreso, y que culminó el 21 de noviembre con la presentación del Acuerdo de Miramar: la Propuesta base de Eusko Alkartasuna para la activación de un acuerdo soberanista a favor de la independencia de Euskal Herria.
“El movimiento soberanista se muestra como el protagonista absoluto de un cambio político que promete traer al país la paz y la normalización política”.
El texto, realizado con las aportaciones de la afiliación en un proceso de participación llevado a cabo durante meses, aboga por “unir lo disperso, pasar de las diferencias al consenso, todo ello en la búsqueda de un instrumento que sirva de motor de la independencia de nuestro país”, y con su aprobación Eusko Alkartasuna se comprometió a “hacer todo lo posible para conjuntar en la unidad de acción del espacio soberanista independentista con otras fuerzas políticas” por considerar que “la normalización política y la paz duradera se conseguirán en gran medida gracias a la lucha política pacífica del soberanismo independentista vasco”.
El proceso de participación de Eusko Alkartasuna coincidió con la reflexión interna puesta en marcha por la Izquierda Abertzale, decidida a hacer su propio camino lejos de ataduras ajenas a las vías exclusivamente políticas y civiles. Las reflexiones de ambas fuerzas parecían converger en un mismo camino y pronto comenzaron a verse los frutos. El Aberri Eguna de 2010 fue el primer acto unitario después de varias décadas y acogió al conjunto del movimiento soberanista en una marcha y posterior acto político celebrado entre Hendaia e Irun convocados por la red ciudadana Independentistak.
Tanto los participantes como los medios de comunicación presentes en el Aberri Eguna destacaron que la celebración constituyó el germen de algo aun no bien definido pero sí intuido. Y esta impresión fue buena, porque apenas mes y medio después del domingo de Pascua, la colaboración entre Eusko Alkartasuna y la Izquierda Abertzale se oficializó mediante la firma del Acuerdo Lortu Arte en un acto celebrado en el Palacio Euskalduna el día 20 de junio. El acto se convirtió en el acontecimiento político que más ríos de tinta ha hecho correr en la historia reciente de Euskal Herria y la fotografía del secretario general de Eusko Alkartasuna, Pello Urizar, y el representante de la Izquierda Abertzale, Rufi Etxebarria, firmando el acuerdo y estrechándose la mano fue portada de todos los medios de comunicación.
Los firmantes, que reconocieron provenir de tradiciones políticas diferentes, marcaron como prioridades la consecución de la paz y la normalización política y como objetivo final la consecución de un Estado Vasco, a la vez que subrayaron el carácter estratégico del acuerdo y su voluntad para continuar sumando adhesiones en el ámbito del soberanismo progresista.
Posteriormente, Independentistak ha realizado otras iniciativas, que siempre han tenido el apoyo de Eusko Alkartasuna, como la “marcha verde” celebrada el pasado 12 de octubre en Iruñea para reivindicar la independencia.
También Adierazi EH ha movilizado a la sociedad vasca a favor de los derechos civiles y políticos de todas las personas, al final del verano. Las sucesivas prohibiciones de la marcha convocada para el 11 de septiembre y que derivó en la multitudinaria manifestación del 2 de octubre en Bilbao sirvieron de termómetro para detectar el hartazgo de la ciudadanía por un escenario de conculcación de derechos básicos. Tras las prohibiciones, destacados miembros de Eusko Alkartasuna como, Rafa Larreina o Sabin Intxaurraga, jugaron un papel importante, convocando las marchas que recogían el espíritu de la marcha vetada, y recogieron el apoyo de amplios sectores de la sociedad vasca.
“La normalización política y la paz duradera se conseguirán en gran medida gracias a la lucha política pacífica del soberanismo independentista vasco”.
La sociedad se ha convertido en protagonista y motor del nuevo escenario político. Un nuevo ciclo político en el que redes como Adierazi EH e Independentistak, movimientos populares en defensa de los derechos civiles y políticos ha aunado a ciudadanos de diferentes orígenes políticos pero con un objetivo común: la puesta en marcha, a través de vías políticas y pacíficas, de un proceso democrático irreversible hacia la emancipación de Euskal Herria. Una sociedad que ha respondido de manera ejemplar a todos los llamamientos que se han realizado para movilizarse a favor de una nueva situación política.